Con el tiempo, el señor Zuddas se constituyó en referente del rescate y preservación de esos restos de la mega fauna que habitó nuestro suelo santafesino hace miles de años: mandíbulas de mastodonte, caparazones de gliptodontes, pezuñas de megaterio son algunas de las piezas que guarda el museo. Zuddas irradió el espíritu de su quehacer y actualmente los trabajos de rescate siguen su huella: «existe más conciencia de que cada muestra encontrada forma parte del patrimonio», dicen desde el museo, y destacan el trabajo conjunto realizado con el equipo técnico de Patrimonio Paleontológico y Arqueológico del Ministerio de Cultura de Santa Fe.
A partir de la apertura del museo, se han incorporado piezas de pueblos originarios, restos de cerámica halladas en el sitio donde se erigió la Estancia San Miguel del Carcarañal. También herramientas agrícolas, objetos de uso rural y doméstico de pobladores de principio de siglo XX. Integran esta muestra elementos de la vieja estación ferroviaria, de la fábrica de papel y de la Iglesia San Juan Bautista.
En 1751, Thomas Falkner, administrador de la estancia San Miguel del Carcarañal, encontró restos fósiles de un gliptodonte, que estudió y describió; es considerado el primer hallazgo paleontológico registrado en el actual suelo de nuestro país. Tito Zuddas siguió con esta inestimable labor; Ambos dejaron un mojón donde futuras generaciones puedan hallar una señal de memoria y testimonio.