Las reflexiones corresponden, por si hiciera falta aclararlo, a León Gieco, uno de los cantautores con mayúscula de la historia contemporánea argentina que, de esa manera, presenta esta casa-museo que él mismo pensó para compartir con toda la gente que se acerque a conocerla, en su pueblo natal, Cañada Rosquín.

El Espacio León Gieco contiene historia y también pretende albergar futuro. Con sólo cruzar sus puertas de ingreso, sorprende con objetos y recuerdos que León fue recopilando durante su carrera: su discografía (en distintos formatos de edición), libros, obsequios personales autografiados o dedicados, premios y distinciones, remeras y gorras, afiches de sus conciertos, caricaturas y dibujos que fueron llegando a sus manos en cada recital, diplomas de visitante o ciudadano ilustre que le entregaron en distintas ciudades del país y el mundo, y más aún... El contenido de cada muro del Espacio fue concebido de forma temática para agilizar la observación en las visitas, y el denominador común del recorrido son las fotografías de todas las épocas de León, junto a otros artistas y gente de todas las latitudes.

Está previsto, además, que este Espacio cuente con una biblioteca de consulta (en formación), un sector para escuchar música, una radio que transmita online y un rincón interactivo para música en vivo, donde los artistas que lleguen hasta allí puedan dejar registrado un testimonio musical y en video.

Ubicado sobre una de las calles que rodea la plaza central de Cañada Rosquín, el Espacio tiene un frente muy colorido, ornamentado con pinturas que realizaron los muralistas Marlene Zuriaga, Lichi Urteaga y Pablo Restovich. El Espacio fue diseñado y ejecutado por los arquitectos Eric Rovere y Sofia Mariscotti sobre una idea del propio León. Tiene líneas simples; técnicamente es una construcción en seco compuesta por una estructura principal de columnas y reticulados metálicos (tanto paredes como techo) y para su cerramiento, a diferencia de las construcciones tradicionales, se utilizó un panel de chapa color. Esta estructura le permite al espacio tener la capacidad de reconvertirse cuando sea necesario, con exhibidores móviles y paredes dinámicas, donde pueda ir rotando la ubicación de los elementos que el artista haya elegido para compartir con sus visitantes.