MUSEOS

Circuito Turístico Patrimonio Histórico-Cultural-Arquitectónico de Zenón Pereyra

Este pueblo del centro oeste santafesino —dedicado fundamentalmente a la agricultura intensiva y que recibiera una fuerte corriente inmigratoria italiana, española y suiza—fue fundado por don Zenón Pereyra, un reconocido masón que supo alcanzar el grado más alto dentro de la logia masónica: el 33. Algunos investigadores entienden que es esta la causa de las 33 calles del trazado original del pueblo que él mismo creó, donde aún hoy puede observarse un conjunto de casonas con simbología masónica.

En la última década, las distintas comisiones comunales del pueblo procuran posicionar al pueblo como un corredor turístico que revaloriza la historia cultural de su comunidad y sus antepasados. Zenón Pereyra tiene un patrimonio arquitectónico único en la provincia de Santa Fe que, además, guarda el misterio de su vínculo con la cosmovisión masónica. 

Ese recorrido turístico de unos 2.400 metros, que convierte al pueblo en un museo a cielo abierto, comienza en la vieja estación ferroviaria, hace hincapié en veintiséis edificios emblemáticos y se detiene en trece paradas que ofrecen información. Los carteles mencionados están plantados con una inclinación particular, que refiere a la disposición de la traza original del pueblo respecto del resto de la región y el norte geográfico.

El armado del circuito responde a una revisión histórica local iniciada en 2011, cuando se estudiaron los numerosos indicios de logias masónicas que acompañaron la fundación de pueblos santafesinos hacia fines del siglo XIX. Esas logias promovieron, entre otras cosas, la inmigración, la organización formal con instituciones especificas (sociedades de socorros mutuos) y la gestión de masones en cargos públicos relevantes (juzgados de Paz, comisiones de fomento).

Don Zenón Pereyra (1842 1902) fue uno de esos masones. Acaudalado comerciante y estanciero, perteneció a la élite de la primera burguesía de Rosario y fue uno de los espíritus emprendedores ligados al progreso. En Rosario fue gerente del Banco Argentino (luego Banco Nación) —donde desarrolló tesinas sobre de la importancia del crédito agrario—; miembro del Centro Comercial; y presidente del Jockey Club, la Sociedad Rural y la Cruz Roja Argentina. Promovió la creación de la Universidad Provincial de Santa Fe y la construcción del Monumento Nacional a la Bandera.

Desde luego, formó parte de la masonería rosarina, ocupando el máximo grado: 33. Y junto a Aarón Castellanos y Lisandro Paganini, también masones, trabajó en el desarrollo de colonias agrícolas. Zenón Pereyra fue una de ellas, cuya traza se aprobó el 5 de Julio de 1892: 33 calles (4 bulevares y 29 arterias numeradas). El nombre de las calles comienza con el número 3. La calle n°33 indica la entrada a la sede de la administración (primera casa de material con tejas francesas similar a las de la estación de trenes) perteneciente al fundador.

La revisión histórica realizada en Zenón Pereyra a propósito de los misterios del pueblo y su desarrollo nos cuenta lo siguiente: 

«El número 3 resulta muy importante en la masonería. Según la cosmogonía masónica, representa una trinidad: PadreHijoEspíritu Santo o PadreMadreHijo, lo que lo transforma en símbolo de lo existente y valor sagrado. La tríada rompe las dualidades y aporta una visión de equilibrio entre los fenómenos existentes en la relación Naturaleza, Hombre, Dios. El número 33 es el mayor grado dentro del Rito Escocés Antiguo y Aceptado, y también significa 3 veces 11, siendo el 11 el número de la perfección».

Filosófica, filantrópica y progresista —con sus principios de libertad, igualdad y fraternidad, y su lema ciencia, justicia y trabajo—, la masonería desplegó roles a veces decisivos en distintos momentos históricos del país, aun desde las guerras de la independencia.

A veces ocultos, algunos símbolos masónicos como el compás y la escuadra aparecen en algunas edificaciones de Zenón Pereyra. El patrimonio arquitectónico de este pueblo, ya de por sí valioso, se ve coronado por un aura de misterios y secretos: lámparas, escudos y la medalla masónica. Esta medalla está presente en la mayoría de las construcciones emblemáticas de Zenón Pereyra: «representa el Sol, con 3 rayos que iluminan y protegen a las personas que viven en esa casa. Es además —nos dice la revisión histórica realizada en el pueblo— la condecoración del tercer grado de la masonería: Maestro».

 

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