El Museo de la Ciudad de San Cristóbal realiza un trabajo de extensión con la comunidad educativa y en su ámbito también se gestionan, además de exposiciones, talleres y conferencias. Es «un punto de encuentro» de la comunidad, apuntan sus gestores. Las visitas guiadas ponen el acento en la llegada de los primeros colonos y en la Estancia San Cristóbal —que da nombre al lugar, fundada en 1883—, pero también enfocan la vida de los pueblos originarios y de la mega fauna que tuvo la zona hace miles de años.
Algunos de los creativos montajes del museo son «Identidad a la carta», un espacio que simula una antigua cocina, con las recetas de la abuela, estufas a leña y vajilla de otros tiempos; «Aprender a agradecer», un ambiente cargado de nostalgia escolar, con plumines, tinteros, cuadernos de caligrafía y pupitres de madera; «Veredeando», que remite a los «pequeños placeres» que daba almorzar con la mesa en la vereda o tomar mates allí, mirando la vida cotidiana pasar; «Lágrimas en el bolsillo», en tanto, revive «el último suspiro» de los célebres talleres ferroviarios de San Cristóbal.
El Museo de la Ciudad de San Cristóbal es una institución joven con una colección ecléctica, que se enriquece con donaciones periódicas. Ahora encara el desafío de profundizar su vínculo con las instituciones escolares y seguir construyendo la memoria colectiva de la comunidad.