Desde 2020 se lleva a cabo una tarea integral de reorganización del patrimonio, con el propósito de mejorar su resguardo. Esta actividad comprendió la remoción completa del acervo, reubicación espacial, diagnóstico de condiciones de preservación y acercamientos investigativos a una vasta producción. La casa museo es poseedora de grandes murales realizados por el artista, siendo una de sus cualidades más originales; la Sala América se tiñe de colores tierras y naranjas en los murales de la década del ‘60: «Jaguar Fiesta», «Festividad a orillas del Titicaca» y «Diabladas». En la década del ‘90 colores saturados fríos y cálidos impactan con «Ídolos de América» y «Represión».
Los murales son aspecto destacado en la obra de López Claro, fuertemente comprometida con la realidad social. Algunos de ellos están en distintos espacios públicos de la ciudad de Santa Fe: «Homenaje a diez maestros de la pintura universal», en la cúpula del salón de actos de la Escuela Mantovani; «Lex legum», en la Universidad Tecnológica del Litoral; «Homenaje a las artes», en el ex Liceo Municipal; «Cartoneros», en la sede ATE.
La casa museo es sede de los Talleres de Formaciones Culturales organizados por la Secretaría de Educación y Cultura de la ciudad de Santa Fe, capacitaciones gratuitas en diferentes disciplinas.
César López Claro nació en Azul, provincia de Buenos Aires, en 1912. En 1928 comenzó sus estudios en la Escuela Nacional de Bellas Artes, dando lugar al período académico llamado «Buenos Aires», donde predomina el estudio exhaustivo de la figura humana y los objetos, el color y la perspectiva; son sus primeras apariciones en exposiciones. En 1942 se mudó a Santa Fe para hacerse cargo de la cátedra de dibujo en la recién inaugurada Escuela de Artes Visuales Profesor Juan Mantovani.
Esta mudanza le ofreció un paisaje nuevo e inspirador: crea su período «Litoral», que refleja costumbres de isleños y pescadores, el hombre en contexto con sus costumbres, paisaje, flora y fauna de la región. Sobreviene el período «Americano y post-cubista», homenaje a los pueblos latinoamericanos, en especial del Altiplano. En los años ‘60 y ‘70 la pintura de César López Claro se alejó de la figuración realista: es el período «Aformalista» o «informalista»: utilización de colores neutros, grafismos y aplicación directa sobre el soporte de ciertos materiales como arena, caracoles molidos y barnices.
A comienzos de 1980 y hasta su muerte, en 2005, creó el período «Nueva realidad»: temática social, fortalezas y lucha de los pueblos, pobreza, inundaciones, dictaduras militares, prostitución. López Claro fue testigo y referente de la pintura social del siglo XX y comienzos del siglo XXI.