El museo expone una colección de artefactos y soportes tecnológicos pertenecientes al instituto que fueron quedando en desuso por su obsolescencia, a la cual se sumaron donaciones de material discográfico y bibliográfico de docentes y ex docentes. En 2020 la colección creció con objetos que habían pertenecido a Lidia Ferré, utilizados para impartir la docencia, más sus investigaciones y documentación de experiencias museográficas realizadas en la zona. Al tratarse de un museo creado y coordinado por la carrera de Museología, cada año se realizan exposiciones como prácticas de los alumnos.
El museo pretende reconstruir memorias del instituto que lo aloja mediante la indagación de su historia. Se propone ser un espacio de referencia, encuentro y diálogo entre actores —alumnos, docentes y demás agentes— de distintas épocas para «un relato polifónico» en defensa de la educación pública. Se trata, apuntan las personas que lo gestionan, de:
«Abrir un espacio dinámico, de tal modo que cada tramo o segmento sea capaz de dialogar con nuevos aportes, entendiendo que el cuidado y la defensa del propio patrimonio está siempre íntimamente atravesado por el compromiso social, la ética profesional, el respeto a la diversidad, la democratización de la cultura, el reconocimiento a los derechos humanos y culturales, la accesibilidad a la educación y el sentido de pertenencia.»
«Construir, en definitiva, —destacan— un espacio pedagógico-educativo de buenas prácticas profesionales para futuros museólogos, bajo el paradigma de museo vivo, sin perder el horizonte de que se trata siempre de una construcción colectiva, de profundo sentido comunitario».