MUSEOS

Museo Histórico Provincial de Santa Fe Brigadier Estanislao López

La casa que alberga al Museo Histórico Provincial Brigadier Estanislao López —declarada Monumento Histórico Nacional en el año 2000— es un valioso testimonio de la arquitectura civil del período colonial. Si bien sufrió muchas transformaciones durante el siglo XX, los ocho cuartos que se conservan de su diseño original permiten observar y documentar detalles constructivos de aquella época.

Desde comienzos de los años 70 del siglo pasado, el museo creció como ámbito de participación y extensión educativa. A mediados de la década de 1980 se ampliaron sus propuestas destinadas a niños, adolescentes y escuelas primarias y secundarias.

En 1995 se modificó el guión museológico, procurando incorporar una mirada diversa o crítica del relato histórico, al tiempo que se rediseñaron criterios de exposición para jerarquizar el espacio arquitectónico y evitar la saturación de objetos. Desde entonces, la institución ha procurado la interacción permanente con la comunidad de toda la provincia: «El museo visita tu escuela», «Aprendiendo a hacer el museo local», «El museo visita el hospital», «Abuelos y niños en el museo», son algunos de los programas que llevó adelante, además de brindar asesoramiento a otros museos en formación.

A partir del año 2000, organiza cursos de capacitación para docentes, estudiantes y guías, destinados a un mejor aprovechamiento del museo como herramienta didáctica. Las dramatizaciones, relatos, y guías con personajes caracterizados de época dieron una impronta lúdica y teatral a las visitas.

Su biblioteca reúne más de dos mil quinientos ejemplares, que refieren a la historia santafesina y nacional, museología, arte, patrimonio, espacios e historias urbanas.

Su historia

Entre los primeros dueños del terreno que actualmente ocupa el Museo Histórico Provincial de Santa Fe figura Francisco de Oliver Altamirano, quien hacia 1662 ordenó la construcción de habitaciones. En 1686 fue adquirida por don Juan de los Ríos Gutiérrez, quien introdujo mejoras y la casona adoptó la tradicional forma de «U», con habitaciones que bordean un patio central por tres de sus lados, combinándose con otros cuartos sobre la calle, con orientación hacia el norte.

En 1742, la casa fue adquirida en una subasta por Bartolomé Diez de Andino, comerciante y hacendado de fortuna, quien la habitó junto a su familia y le realizó importantes modificaciones. En la descripción que figura en su testamento fechado en 1763 se habla de «ocho cuartos de alquiler sobre la calle y ocho adentro que sirven de sala y aposentos, recámara y oficinas, todo en un sitio cercado», ya que no eran habituales en la época los patios expuestos al exterior.

A partir de 1767 pasó a ser propiedad del único hijo de Bartolomé, don Manuel Ignacio Diez de Andino, recordado por sus crónicas, muchas de ellas escritas desde esas mismas galerías, entre 1815 y 1822. En 1833, la casa comenzó a fragmentarse en función de sucesivas disposiciones testamentarias y hacia 1870 se construyó en la esquina un edificio de dos plantas, que mantenía prácticamente oculta la construcción original. Se fraccionó la sala principal y se ocupó el segundo patio.

En 1940, todo el sector fue expropiado dentro del plan de obras del Parque General Belgrano.

Se inició entonces la demolición de la tira de habitaciones que estaban sobre calle San Martín, pero gracias al decreto 892 del gobernador Manuel de Iriondo, que dispuso destinar la casa para sede del Museo Histórico, se conserva hoy gran parte de la edificación.

Finalmente, ya avanzado el siglo XX, entre 1979 y 1981, se concretó una cuidadosa restauración de la casona, con intervención de la Dirección de Obras Públicas del gobierno provincial y del Instituto de Historia de la Arquitectura de la Universidad Católica de Santa Fe; así, se reemplazó parte de la cubierta, tirantería y algunas aberturas, rescatándose aproximadamente el setenta por ciento de los materiales originales.

En 1989, con discutible criterio arquitectónico, pero dando solución a una necesidad funcional impostergable, se inauguró el edificio anexo al museo, donde funcionan la reserva técnica, la administración, sala de actos, biblioteca y fototeca. 

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